Como ex muchas cosas trato de asumir mi pasado. Sin duda hablare aquí en algún momento... Hay buenas historias.
Desde luego a mis veinte años el adjetivo de "pequeño" quedaría extraño, no solo para mi sino para la grande mayoría de mis coetáneos de quinta. Por aquel entonces eran ya varias las primaveras transcurridas desde que nos dejaron ser mayores a los dieciocho.
Me quiero imaginar las reacciones de alguno de estos profesionales del periodismo, la política,los bulos; pregoneros de lo cabal si algún atrevido se colara de tratamiento:
Hoy el pequeño Marhuenda, Carmona, Cuesta...El jovenzuelo es Losantos, Garcia Ferreras...La niña esa Marta,Ana Rosa, Susana Griso...no se salvan otros pequeños Eduardo Inda, Cintora.
Incluso entre los que parece que no caen en el juicio prematuro el apelativo de pequeño es colocado por interés de audiencia o como mínimo por inercia y sumisión al pensamiento imperante.
Señor Ramón me alegro que abandonaras aquel Tiempo nuevo pero no pudiste dar en el clavo. Más aún: tuviste que hacer pequeño con las formas de tu boca. Igual (falta algún rojo)
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